Cómo explica la historia la crisis coreana 
>William R. Polk

[Esta extensa nota, la primera de dos de este especialista ex-asesor de Kennedy, puede ayudar, si al final terminamos en el horno, a entender por qué pasó. Un análisis, pero también puede ser leída como una autocrítica]

Los Estados Unidos y Corea del Norte están al borde de las hostilidades que, si se iniciaran, conducirían casi con toda seguridad a un intercambio nuclear. Este es el juicio expresado por la mayoría de los observadores competentes. Difieren sobre las causas de este enfrentamiento y sobre el tamaño, el alcance y el impacto de las armas que serían disparadas, pero nadie puede dudar que incluso un intercambio nuclear "limitado" tendría efectos horripilantes en gran parte del mundo incluyendo Norteamérica.

Entonces, ¿cómo llegamos a este punto, qué estamos haciendo ahora y qué se podría hacer para evitar lo que casi seguramente serían las consecuencias desastrosas de incluso una guerra nuclear "limitada"?

Los medios de comunicación están repletos de relatos de los últimos pronunciamientos y eventos, pero tanto en mi experiencia personal en lo más cercano que hemos llegado a un desastre nuclear, la Crisis de Misiles de Cuba, como de estudiar muchos otros "puntos inflamables", he aprendido que el fracaso en apreciar el trasfondo y la secuencia de los acontecimientos hace que uno sea incapaz de comprender el presente, y por lo tanto es capaz de acciones de autodestrucción. Con esta advertencia en mente voy a contar en la Parte 1 cómo nosotros y los coreanos llegamos a donde estamos. Luego, en la Parte 2, hablaré de cómo podríamos ir a la guerra, qué significaría eso y qué podemos hacer para mantenernos vivos.

Durante la mayor parte de su historia, Corea consideró a China como su maestra. Tomó prestado del confucianismo chino, su concepto de la ley, sus cánones de arte y su método de escritura. Por esto, en general pagó tributo al emperador chino.

Con Japón, las relaciones eran diferentes. Armado con la entonces arma de destrucción masiva, el mosquete, Japón invadió Corea en 1592 y la ocupó con más de un cuarto de millón de soldados. Los coreanos, armados sólo con arcos y flechas, fueron forzados a la sumisión. Pero debido a acontecimientos internos en Japón y particularmente a la decisión de abandonar las armas, los japoneses se retiraron en menos de una década y dejaron a Corea por su cuenta.

Nominalmente unificada bajo un solo reino, la sociedad coreana ya estaba dividida entre el Puk-in o "pueblo del Norte" y el Nam-in o "pueblo del Sur". No está clara la importancia de esta división en la política práctica, pero aparentemente desempeñó un papel en frustrar los intentos de reforma y en mantener al país aislado de influencias externas. También debilitó el país y facilitó la segunda intrusión de los japoneses. En busca de mineral de hierro para su naciente industria, "abrieron" el país en 1876. Tras las huellas de los japoneses, los estadounidenses establecieron relaciones diplomáticas con la corte coreana en 1882.

Los misioneros norteamericanos, la mayoría de los cuales tenían el doble carácter de comerciantes, siguieron bajo esa bandera. El cristianismo a menudo apareció en forma de comercio. Los mercaderes misioneros vivían separados de los coreanos en ciudades segregadas de estilo americano, como lo habían hecho los británicos en la India a principios de siglo. Rara vez se reunían con los nativos excepto para comerciar. A diferencia de sus contrapartes en el Medio Oriente, los estadounidenses no se destacaron por "buenas obras". Gastaron más tiempo vendiendo bienes que enseñando inglés, curando cuerpos o "salvando almas". Así que mientras los coreanos admiraban sus mercancías, todos excepto unos pocos siguieron en el camino confuciano.

La protección de China

Fue en China más que en Estados Unidos que los coreanos buscaron protección contra el "sol naciente" japonés. A medida que crecieron y se volvieron más poderosos y comenzaron su expansión exterior, los japoneses se movieron para poner fin a la relación coreana con China. En 1894, los japoneses invadieron Corea, capturaron a su rey e instalaron un gobierno "amistoso". Luego, como una especie de subproducto de su guerra de 1904-1905 con Rusia, los japoneses tomaron el control y, al modo de las políticas de todos los gobiernos occidentales, asumieron "la carga del Hombre Blanco".

Theodore Roosevelt, encontró que era inevitable y beneficioso que Japón convirtiera Corea en una colonia. Durante los siguientes 35 años, los japoneses gobernaron Corea al modo que los británicos gobernaron la India y los franceses Argelia.Si los japoneses eran brutales, como ciertamente eran, y explotadores, también, lo mismo eran las otras potencias coloniales. Y, al igual que otros pueblos coloniales, a medida que gradualmente se volvieron políticamente sensibles, los coreanos comenzaron a reaccionar. Con el tiempo, vieron a los intrusos japoneses no como los portadores de la "carga del hombre blanco", sino como la carga. Algunos coreanos reaccionaron huyendo.

El más conocido entre ellos era Syngman Rhee. Convertido al cristianismo por los misioneros americanos, se fue a Occidente. Después de una carrera tortuosa como exiliado, las autoridades militares estadounidenses al final de la Segunda Guerra Mundial le permitieron convertirse en el primer presidente de Corea del Sur.

Pero la mayoría de los que huyeron de los japoneses encontraron refugios en la Manchuria bajo influencia rusa. El más conocido de estos exiliados "orientales", Kim Il-sung, se convirtió en un guerrillero anti-japonés y se unió al Partido Comunista. Al mismo tiempo en qur Syngman Rhee llegó al Sur controlado por Estados Unidos, Kim Il-sung se convirtió en el líder del Norte apoyado por la Unión Soviética. Allí fundó la "Dinastía" de la cual su nieto Kim Jong-un es el líder actual.

Durante los 35 años de ocupación japonesa, nadie en Occidente prestó mucha atención a Syngman Rhee o sus esperanzas para el futuro de Corea, pero el gobierno soviético fue más atento hacia Kim Il-Sung. Mientras las distantes Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos no desempeñaban ningún papel activo, la cercana Unión Soviética, con una larga frontera con el territorio ocupado por los japoneses, debía preocuparse por Corea.

No fue tanto por una estrategia ni por la percepción del peligro, que la política de Occidente (y la aquiescencia soviética con éste) evolucionó. Impulsado en parte por el sentimiento, Estados Unidos forzó un cambio en el tono de las relaciones con el mundo colonial durante la Segunda Guerra Mundial, e impulsados por la necesidad de alinearse con Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia accedieron. Fue la marea de la guerra más que un plan preconcebido lo que sumergió a Corea en el muy disperso y mal definido grupo de naciones "emergentes".

Siguiendo los sueños de Woodrow Wilson, Franklin Roosevelt proclamó que los pueblos coloniales merecían ser libres. Corea se beneficiaría de la gran liberación desde de la Segunda Guerra Mundial. Así fue que el 1 de diciembre de 1943, los Estados Unidos, Gran Bretaña y China (entonces nacionalista) acordaron en la Conferencia de El Cairo aplicar las palabras revolucionarias de la Carta del Atlántico de 1941: "Conscientes de la esclavitud del pueblo de Corea", proclamaron Roosevelt y un renuente Churchill "estamos determinados que a su debido tiempo Corea llegue a ser libre e independiente."

En la conferencia de San Francisco de abril-junio de 1945, donde las Naciones Unidas fueron fundadas, Corea recibió poca atención, pero un vago acuerdo podía visualizarse, en el que Corea se sometería a una administración fiduciaria de cuatro poderes (estadounidense, británico, chino y soviético). Esta política se afirmó más tarde en la Conferencia de Potsdam el 26 de julio de 1945, y fue acordada por la Unión Soviética el 8 de agosto cuando declaró la guerra a Japón. Dos días más tarde, las tropas rusas avanzaron hacia el norte. No fue sino hasta casi un mes después, el 8 de septiembre, que llegaron los primeros contingentes del ejército estadounidense.

La posguerra

En ese punto, la mayoría de los coreanos no podían hacer nada para lograr su propia liberación: los que estaban dentro de Corea estaban en prisión, vivían bajo el terror de que de pronto podían ser arrestados, o colaboraban con los japoneses. Los pocos que habían llegado a los paraísos de Occidente, como Syngman Rhee, encontraron que mientras se les permitía hablar, nadie con poder para ayudarlos escuchaba sus voces. Debían ser liberados pero no ayudados a liberarse. Sólo los pequeños grupos de exiliados coreanos en las zonas controladas por los soviéticos lucharon en realidad contra sus atormentadores japoneses. Así fue que el movimiento guerrillero coreano dirigido por los comunistas comenzó a desempeñar un papel similar al de las insurgencias en Indochina, Filipinas e Indonesia.

Mientras se preparaban para invadir Corea, ni los estadounidenses ni los rusos mostraron ninguna noción de la diferencia entre Puk-in o "pueblo del Norte" y los Nam-in o "pueblo del Sur". Estaban preocupados, al menos inicialmente, por lograr un acuerdo entre ellos como habían hecho en Alemania, por la necesidad de prevenir una colisión entre sus respectivas fuerzas armadas. Sin embargo, los japoneses trataron separadamente las dos zonas que habían sido creadas por esta decisión militar ad hoc.

A medida que avanzaba el ejército soviético, los japoneses se dieron cuenta de que no podían resistir, pero destruyeron la mayor parte de la infraestructura del Norte mientras huían hacia el sur. Al llegar allí, tanto sus soldados como sus funcionarios cooperaron al menos inicialmente con las fuerzas norteamericanas de ocupación. Con acciones divergentes, se adaptaban tanto a los rusos como a los estadounidenses: los rusos estaban decididos a expulsar a los japoneses mientras los estadounidenses ya comenzaban el proceso de perdonarlos. Lo que sucedió en este período confuso configuró gran parte de la forma de Corea hasta nuestros días.

Los rusos parecen haber tenido una política de largo alcance hacia Corea y la fuerza insurgente dirigida por los comunistas que la implementaban, pero fue sólo lentamente y a regañadientes, que los norteamericanos desarrollaron un plan coherente para "su" Corea, y que encontraron nativos que podían implementarlo. Lo que sucedió fue en parte ideológico y en parte circunstancial. Es útil y quizás importante destacar los puntos principales.

El primer punto es que los pasos iniciales de lo que se convirtió en la Guerra Fría ya se estaban dando, y avanzaba rápidamente. Aunque la Conferencia de Yalta incluyó el acuerdo de que Japón se vería obligado a rendirse a todos los aliados, no sólo a los Estados Unidos y China, el Presidente Truman estableció una política estadounidense diferente sin consultar a Stalin.

Envalentonado por el éxito de la prueba de la bomba atómica el 16 de julio de 1945, decidió que Estados Unidos establecería los términos de la guerra del Pacífico unilateralmente. Stalin reaccionó acelerando el ataque de su ejército contra la Corea y Manchuria bajo dominio japonés. Estaba decidido a "definir los hechos sobre el terreno". Así fue que los acontecimientos de julio y agosto de 1945 fijaron las políticas -y las interpretaciones de la guerra- de cada gran potencia. Moldearon la Corea de hoy.

Los argumentos desde entonces se han centrado en las justificaciones para las políticas de cada potencia. Durante muchos años, los estadounidenses han argumentado que fue el atentado con bomba atómica contra Hiroshima y Nagasaki los días 6 y 9 de agosto, y no la amenaza o la realidad de la invasión soviética, lo que obligó a los japoneses a rendirse.

Botín de guerra

En su versión oficial, fue Estados Unidos quien ganó la guerra del Pacífico. Isla por isla desde Guadalcanal, los soldados estadounidenses habían marchado, navegado y volado hacia la isla final, Japón. Desde las islas cercanas y los portaaviones, los aviones estadounidenses bombardearon y quemaron sus ciudades y fábricas. Hiroshima y Nagasaki fueron los últimos golpes en un proceso largo, doloroso y costoso.

Truman sostuvo que los rusos sólo aparecían después de que los japoneses estaban derrotados. Por lo tanto, se sentía justificado -y facultado- para actuar por su cuenta en Japón. Así que cuando el general Douglas MacArthur organizó la ceremonia de rendición el 2 de septiembre, dejó de lado a los rusos. El procedimiento se llevó a cabo en un buque de guerra estadounidense bajo bandera estadounidense. Habría de pasar una década antes de que la URSS terminara formalmente su guerra con Japón.

El segundo punto crucial es lo que estaba sucediendo en la península de Corea. Allí un poderoso ejército ruso estaba presente en el Norte y un ejército estadounidense estaba en control del Sur. Las decisiones de El Cairo, San Francisco y Potsdam estaban tan lejos de Corea como los sentimientos de los estadistas lo estaban de la realidad, los peligros y las oportunidades en la escena. Lo que hicieron los Estados Unidos y la Unión Soviética en el terreno fue crucial para comprender hoy a Corea.

Como los holandeses se proponían hacer en Indonesia, los franceses ya estaban haciendo en Indochina y los estadounidenses en Filipinas, las autoridades militares estadounidenses de Corea dejaron de lado a los líderes nacionalistas (a quienes los japoneses acababan de soltar de prisión) e insistieron en conservar todo el poder bajo su propio gobierno (militar). No sabían casi nada acerca de los coreanos anti-japoneses que se constituyeron en la "República Popular" (pero les eran inherentemente sospechosos). En nombre de los Estados Unidos, el general John Hodge rechazó el autoproclamado gobierno nacional y declaró que el gobierno militar era la única autoridad en la zona controlada por Estados Unidos.

Hodge también anunció que "la administración japonesa existente continuaría en su cargo temporalmente para facilitar la ocupación", así como los holandeses en Indonesia continuaron usando las tropas japonesas para controlar al público indonesio. Pero los estadounidenses rápidamente se dieron cuenta de lo impopular que era este arreglo, y en enero de 1946 habían desmantelado el régimen japonés.

En el caos resultante, decenas de grupos con verdaderas pero a menudo vagas diferencias se convirtieron en partidos y comenzaron a exigir un papel en los asuntos coreanos. Este acontecimiento alarmó al gobernador militar estadounidense. El objetivo de Hodge, comprensiblemente, era el orden y la seguridad. Los políticos locales parecían incapaces de ofrecer eso, y en esos años, el gobierno militar estadounidense encarceló a decenas de miles de activistas políticos.

La Guerra Fría in vitro.

Aunque no era tan evidente en los anuncios públicos, los estadounidenses ya estaban motivados por el temor hacia los rusos, o hacia sus posibles simpatizantes comunistas locales. Aquí de nuevo Corea recuerda a Indochina, Filipinas e Indonesia. Los aliados del tiempo de guerra se convirtieron en enemigos en tiempo de paz. Al menos in vitro, la Guerra Fría ya había comenzado.

En el momento justo, virtualmente como un deux ex machina, Syngman Rhee apareció en escena. Confiable y vocacionalmente anticomunista, orientado hacia Estados Unidos, y -aunque fuera de todo contacto con los asuntos de Corea- étnicamente coreano, era justo lo que las autoridades estadounidenses querían. Reunió a los grupos derechistas en un gobierno virtual que debía convertirse en un gobierno real bajo la égida de los Estados Unidos.

Mientras tanto, las autoridades soviéticas no se enfrentaban a similares problemas políticos ni administrativos. Tenían disponible el prototipo de un gobierno coreano. Este gobierno-listo-para-usar ya tenía una historia: miles de coreanos habían huido a Manchuria para escapar del gobierno japonés y, cuando Japón los llevó la guerra formando el estado títere que llamaron Manchukuo en 1932, algunos de los refugiados se unieron para lanzar una guerra de guerrillas. El Partido Comunista inspiró y asumió el liderazgo de esta insurgencia. Entonces, como hicieron todos los insurgentes -desde Tito y Ho Chi-minh hasta Sukarno- se proclamaron como gobierno en el exilio.

El grupo coreano estaba pronto, cuando la invasión soviética lo hizo posible, para convertirse en el núcleo de la República Popular Democrática de Corea (RPDC). La URSS lo reconoció como el único gobierno de Corea en septiembre de 1948. Y, a pesar de su crudo y frecuentemente brutal método de gobierno, adquirió una patina de legitimidad por sus años de lucha armada contra los japoneses.

Tanto EE.UU. como la URSS vieron en Corea su puesto de avanzada. Primero trataron de llegar a un acuerdo para repartirse la autoridad entre ellos. Pero admitieron el fracaso el 2 de diciembre de 1945. Los rusos parecían esperar el fracaso y apenas reaccionaron, pero los estadounidenses buscaron la ayuda de las Naciones Unidas para dar forma a su posición en Corea. A petición suya, la ONU formó la "Comisión Provisional sobre Corea". Se suponía que debía operar en toda Corea, pero los rusos la consideraban una operación estadounidense y la excluyeron del Norte. Después de una laboriosa campaña, se logró realizar elecciones, pero sólo en el sur, en mayo de 1948.

Las elecciones dieron lugar a la formación el 15 de agosto de un gobierno liderado por Syngman Rhee. En respuesta, un mes más tarde, el 9 de septiembre, el ex líder guerrillero, comunista y aliado soviético Kim Il-sung, proclamó el estado de Corea del Norte. Así, el arreglo ad hoc para evitar la colisión de dos ejércitos ¡se transformó en dos estados!

La URSS tenía una larga historia con Kim Il-sung y la dirección del Norte. Había apoyado discretamente al movimiento guerrillero en Manchukuo (el alias de Manchuria) y presumiblemente había seleccionado a los dirigentes comunistas a través de las purgas de los años treinta y los observaron de cerca durante la guerra. Los supervivientes eran, según criterios soviéticos, hombres confiables. Es por eso que les era posible a los rusos mantener un perfil bajo en los asuntos de Corea del Norte. A diferencia de los estadounidenses, se sintieron capaces de retirar su ejército en 1946. Mientras tanto, por supuesto, su atención se centró en la marea mucho más masiva de la revolución en China. Corea debía de parecer una especie de escenario lateral.

La posición de los Estados Unidos era diferente en casi todos los aspectos. En primer lugar, no existía en el Sur un dibujo de larga data, pro-americano o ideológicamente democrático.

El ascenso de Rhee

La figura principal, como ya se ha mencionado, fue Syngman Rhee. Mientras que Kim Il-sung era un comunista dedicado, Rhee ciertamente no era un devoto de la democracia. Pero aparte de la ideología, Rhee estaba profundamente influenciado por los contactos con los estadounidenses. Los misioneros le salvaron la vista (después de padecer viruela), le dieron una educación básica de estilo occidental, lo emplearon y lo convirtieron al cristianismo.

Probablemente también influenciado por ellos, siendo joven se había involucrado en las protestas contra el atraso coreano, la corrupción y el fracaso para resistir el colonialismo japonés. Sus actividades lo llevaron a la cárcel cuando tenía 22 años de edad. Después de cuatro años de lo que parece haber sido un régimen severo, fue puesto en libertad y en 1904 hizo su camino hacia el exilio en Estados Unidos.

Algo excepcional en un joven de ninguna distinción particular - aunque estaba orgulloso de una relación distante con la familia real coreana - al menos fue recibido si no fue escuchado por el presidente Theodore Roosevelt. A lo largo de los años se realizaron reuniones ceremoniales o pre-guionadas con otros líderes norteamericanos. Los dirigentes estadounidenses con los que se reunió no consideraron a Corea de mucha importancia y, aunque lo hubieran considerado, Rhee no tenía nada que ofrecerles. Así que parece ser que sus 40 años de vagabundeo de una universidad a otra (BA en la Universidad George Washington, MA en Harvard y PhD en Princeton) y el trabajo en la YMCA y otras organizaciones fueron una letanía de frustraciones.

Fue la entrada de Estados Unidos en la guerra la que dio a Rhee en 1941 la oportunidad él había buscado por mucho tiempo: convenció al presidente Franklin Roosevelt de abogar por lo menos nominalmente la causa de la independencia coreana. Las amables palabras de Roosevelt probablemente tendrían poco efecto, como aparentemente Rhee se dio cuenta. Para darles sustancia, trabajó estrechamente con el OSS (el antepasado de la CIA) y desarrolló contactos con los jefes militares estadounidenses. Dos meses después de la rendición japonesa en 1945, fue trasladado a Corea por orden del general Douglas MacArthur.

Al establecerse en Seúl, dirigió a grupos de derechistas coreanos para oponerse a todos los intentos de cooperación con la Unión Soviética y se centró especialmente en oponerse a la creación de un estado de Corea del Norte. Para aquellos más familiarizados con la historia europea, se podría considerar que aspiraron al papel desempeñado en Alemania por Konrad Adenauer. Para desempeñar un papel similar, Rhee se hizo "el hombre de los Estados Unidos". Pero no podía hacer lo que Adenauer sí pudo hacer en Alemania, ni tampoco podía proporcionar a Estados Unidos: una sociedad ideológicamente controlada y los ingredientes de un Estado unificado como Kim Il-sung fue capaz de dar a la Unión Soviética.

Pero, respaldada por el gobierno militar estadounidense y usando externamente formas democráticas, Rhee fue electo por un sospechoso resultado del 92,3 por ciento de los votos, para ser presidente de la recién proclamada República de Corea.

La debilidad de Rhee con respecto a Kim tuvo dos efectos: Que aunque las fuerzas soviéticas pudieran ser retiradas del Norte en 1946, Estados Unidos se sintió incapaz de retirar sus fuerzas del Sur. Han permanecido allí desde entonces. Y el segundo efecto fue que mientras Rhee trataba de imponer a su sociedad un régimen autoritario, similar al impuesto en el Norte, no podía hacerlo con eficacia y a un costo aceptable.

La administración que él heredó en parte dependía en gran medida de los hombres que habían servido a los japoneses como soldados y policías. Se estaba embadurnando con su propia brocha. Dejó a un lado la llamada positiva del nacionalismo por la advertencia negativa del anticomunismo. En lugar de liderazgo, se basó en la represión. De hecho, se puso al frente de una represión brutal, que se asemejaba a la de Corea del Norte, pero que, a diferencia de la tiranía norcoreana, estaba completamente expuesta. El resentimiento en Corea del Sur contra Rhee y su régimen pronto creció hasta el nivel de una insurgencia virtual. Rhee pudo haber sido el querido de Estados Unidos, pero no era amado en Corea. Esa era la situación cuando comenzó la Guerra de Corea.

Reanudando la guerra

La Guerra de Corea se inició técnicamente el 25 de junio de 1950, pero por supuesto el proceso comenzó antes de que se dispararan los primeros tiros. Tanto Syngman Rhee como Kim Il-sung estaban decididos a reunificar Corea, cada uno bajo sus propios términos. Rhee había hablado públicamente de la "necesidad" de invadir el Norte para reunificar la península. El gobierno comunista no necesitaba hacer declaraciones públicas, pero los acontecimientos sobre el terreno debieron convencer a Kim Il-sung de que la guerra ya había comenzado. A lo largo de la línea divisoria, según John Merrill, profesor profesor norteamericano en cuestiones de Corea, un gran número de coreanos ya habían sido heridos o muertos antes de que "comenzara" la guerra.

El evento que parece haber precipitado la guerra a gran escala fue la declaración del gobierno de Syngman Rhee de la independencia del Sur. Si se le permitiese mantener esa acción, como Kim Il-sung lo entendió claramente, habría impedido la unificación. Lo consideraba un acto de guerra, y estaba listo. Había usado sus años en el poder para construir uno de los ejércitos más grandes del mundo, mientras que el ejército del Sur había sido sangrado por sus propios gobernantes.

Kim Il-sung debe haber conocido en detalle la corrupción, la desorganización y la debilidad de la administración de Rhee. Como informó el periodista y comentarista inglés sobre Corea Max Hastings, el séquito de Rhee estaba involucrado en un robo masivo de recursos e ingresos públicos. El dinero destinado por los donantes extranjeros para construir un Estado moderno fue desviado a cuentas bancarias extranjeras. "Soldados fantasmas", el equivalente militar de las Almas Muertas de Gogol, que sólo existían en los registros del ejército, recibían salarios que los altos oficiales embolsaban mientras que los relativamente pocos soldados de verdad se quedaban sin cobrar, e incluso desnudos, desarmados y sin alimentos. En pocas palabras, Rhee le presentó a Kim una oferta que no podía rehusar.

Ahora lo sabemos, pero entonces no, que Stalin no estaba a favor del ataque del Norte y lo aceptó sólo si China, entonces entonces ya un estado liderado por los comunistas, asumía la responsabilidad. Lo que realmente significaba "responsabilidad" no estaba claro, pero resultó suficiente para poner en acción a Kim Il-sung. Ordenó a su ejército que invadiera el Sur. Cruzando rápidamente la línea de frontera, sus soldados avanzaron hacia el sur. Mucho mejor disciplinados y motivados, tomaron Seúl en apenas tres días, el 28 de junio.

Syngman Rhee proclamó la lucha hasta la muerte, pero, de hecho, él y su círculo íntimo ya habían huido. Fueron rápidamente seguidos por miles de soldados del ejército sureño. Muchos de los que no huyeron, desertaron al Norte.

Organizada por Estados Unidos, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, aprovechando la ausencia de la delegación soviética, votó el 27 de junio, justo antes de la caída de Seúl (1), la creación de una fuerza para proteger al Sur. Unos 21 países encabezados por Estados Unidos proporcionaron a unos tres millones de soldados para defender el Sur (2). Eran países como Tailandia, Vietnam del Sur y Turquía con sus propios problemas de insurgencia, pero la mayoría de los combates fueron hechos por las fuerzas estadounidenses. Habían sido empujados hacia el sur y casi echados de la península coreana por el ejército de Kim Il-sung. Las tropas estadounidenses estaban mal equipadas y casi siempre superadas en número. La lucha era amarga y las bajas eran altas. A finales de agosto, sólo tenían una décima parte de lo que había sido la República de Corea, sólo la provincia meridional alrededor de la ciudad de Pusan.

Los chinos se preparan

Analizando sabiamente el desequilibrio real de las fuerzas sureñas respaldadas por Estados Unidos y las fuerzas aparentemente victoriosas comandadas por Kim Il-sung, el estadista chino Zhou Enlai (3) ordenó a su personal militar erstudiar qué se podría esperar que hiciesen los estadounidenses: negociar, retirarse, o intentar romper en cerco en Pusan. El personal reportó que los estadounidenses ciertamente movilizarían su poder potencial superior para contraatacar.

Para protegerse de la intromisión en China, Zhou convenció a sus colegas de trasladar fuerzas militares hasta la frontera chino-coreana y también convenció al gobierno soviético de darle apoyo aéreo a los norcoreanos. Lo notable fue que el personal de Zhou predijo exactamente lo que harían los estadounidenses y dónde lo harían. Dirigidos por el general Douglas MacArthur, los estadounidenses hicieron un hábil y audaz contraataque. Aterrizando en Inchon el 15 de septiembre, cortaron la mayor parte del ejército del norte de sus bases. La operación fue un brillante éxito militar.

Pero, como muchas acciones militares brillantes, desarrolló su vida propia. MacArthur, respaldado por el Secretario de Estado estadounidense Dean Acheson y el General George Marshall decidió- por orden del Presidente Truman - trasladarse hacia el norte para implementar el programa de Syngman Rhee para unificar a Corea. A partir del 25 de septiembre, las fuerzas estadounidenses recobraron Seúl, virtualmente destruyeron al ejército norcoreano rodeado y el 1 de octubre cruzaron el paralelo 38º. Ante lo poco que había para ser detenidos, avanzaron hacia el río Yalu en la frontera china. Ese movimiento asustó a los gobiernos soviético y chino que temían que la ola de la victoria llevaría a los estadounidenses a sus territorios. Stalin se contuvo negándose a comprometer a las fuerzas soviéticas, pero recordó a los chinos su "responsabilidad" por Corea.

En respuesta, los chinos golpearon con una estratagema nueva. Enviaron una enorme fuerza armada, unos 300.000 hombres para detener a los estadounidenses, pero para evitar por lo menos formal y directamente un choque con Estados Unidos, lo catalogaron como un grupo irregular de voluntarios - el "Ejército Voluntario del Pueblo Chino." A partir del 25 de octubre los chinos ligeramente armados prácticamente aniquilaron lo que quedaba del ejército surcoreano y expulsaron a los norteamericanos de Corea del Norte.

Asombrado por el colapso de lo que parecía una victoria definitiva, el presidente Truman declaró una emergencia nacional y el general MacArthur instó al uso de 50 Bombas nucleares para detener a los chinos. Lo que habría sucedido entonces es cuestión de especulación, pero lo que sucedió fue que MacArthur fue reemplazado por el general Matthew Ridgeway que restauró el equilibrio con fuerzas convencionales. Día a día, la guerra se fue inflamando.

Durante este período y durante los dos años próximos, la fuerza aérea americana llevó a cabo lanzamientos de bombardeo masivos. Algunos de los bombardeos estaban destinados a destruir la capacidad de China y Corea del Norte de seguir luchando, pero Corea es un territorio pequeño y lo que comenzó como "ataques quirúrgicas" se convirtió en un atentado con lluvia de bombas. (Tal bombardeo sería considerado un crimen de guerra como en el Protocolo I de 1977 de los Convenios de Ginebra).

Los ataques fueron enormes. Se lanzaron unas 635.000 toneladas de explosivos y armas químicas, mucho más de lo que se usó contra los japoneses en la Segunda Guerra Mundial. Como señaló el historiador Bruce Cumings, la Fuerza Aérea de Estados Unidos encontró que "tres años de lluvia y ruina" habían infligido mayores daños a las ciudades coreanas "que las ciudades alemanas y japonesas incendiadas durante la Segunda Guerra Mundial". Con ese arrase, el general Curtis LeMay pensó que los bombardeos estadounidenses causaron las muertes de alrededor del 20 por ciento - uno de cada cinco - de los norcoreanos.

Tapizando con bombas

La cifra de LeMay, por horrible que sea, merece atención hoy. Comenzando con la probabilidad de que sea una subestimación. El economista canadiense Michel Chossudovsky ha escrito que la estimación de LeMay del 20 por ciento debería ser elevada a casi el 33 por ciento o aproximadamente un coreano muerto cada tres. Sigue señalando la notable comparación: en la Segunda Guerra Mundial, los británicos habían perdido menos del 1 por ciento de su población, Francia perdió 1,35 por ciento, China perdió 1,89 por ciento y los Estados Unidos sólo un tercio del 1 por ciento. Dicho de otra manera, Corea sufrió en proporción, aproximadamente 30 veces más muertes en 37 meses de atentados con bombardeos "en tapiz" de los norteamericanos que lo que todos estos otros países perdieron en todos los años de la Segunda Guerra Mundial.

En total, 8 a 9 millones de coreanos fueron asesinados. Familias enteras fueron exterminadas y prácticamente ninguna familia viva en Corea esté hoy libre de tener parientes cercanos que hayan perecido. Casi todos los edificios del Norte fueron destruidos. Lo que el General LeMay dijo en otro contexto - "bombardeándolos hasta llevarlos de de nuevo a la Edad de Piedra" - fue lo que literalmente se hizo en Corea. Los únicos sobrevivientes eran los que se escondían en cuevas y túneles.

Las memorias de esos horribles días, semanas y meses de miedo, dolor y muerte grabaron los recuerdos de los sobrevivientes y, según la mayoría de los observadores, constituyen la mentalidad subyacente del odio y el miedo tan evidente entre los norcoreanos de hoy. Condicionarán cualquier negociación que Estados Unidos intente con el Norte.

Finalmente, después de prolongadas batallas en tierra y ataques diarios -o por hora- desde el cielo, los norcoreanos acordaron negociar un alto el fuego. En realidad, lograr esto tomó dos años.

Los puntos más significativos en el acuerdo eran que (primero) habría dos Coreas divididas por una zona desmilitarizada esencialmente en lo que había sido la línea trazada a lo largo del paralelo 38 para mantener a los ejércitos invasores soviéticos y estadounidenses fuera de colisión y (segundo) el artículo 13 D del acuerdo especificaba que no se introducirían en la península nuevas armas que no fuesen reemplazos. Eso significaba que todas las partes acordaron no introducir armas nucleares y otras armas "avanzadas".

Lo que hay que recordar para entender los acontecimientos futuros es que, en efecto, el alto el fuego no creó dos sino tres Coreas: el Norte, el Sur y las bases militares estadounidenses.

El Norte comenzó a recuperarse de la devastación. Tuvo que excavar debajo de los escombros y optó por seguir siendo un estado de cuartel.

Ciertamente fue una dictadura, como la Unión Soviética, China, Vietnam del Norte e Indonesia, pero los observadores cercanos estimaron que el régimen contaba con el apoyo del pueblo. La mayoría de los observadores encontraron que el recuerdo de la guerra, y particularmente del constante bombardeo, creó un sentido de enaltecimiento que unificó al país contra los estadounidenses y el régimen del Sur. Kim Il-sung fue capaz de sofocar la disidencia que surgió. Lo hizo de manera brutal. Nadie puede decirlo con certeza, pero hay razones para creer que el sentimiento de patriotismo asediado sigue vivo hoy en día.

Las dictaduras militares del Sur

El Sur fue mucho menos perjudicado por la guerra que el Norte y, con grandes inyecciones de ayuda e inversión de Japón y estados Unidos, comenzó el camino hacia una notable prosperidad. Quizás en parte debido a estos dos factores - relativamente poco daño de la guerra y prosperidad creciente - su política era volátil.

Para contenerla y permanecer en el poder, el gobierno de Syngman Rhee impuso la ley marcial, violó la constitución, manipuló las elecciones, abrió fuego contra los manifestantes e incluso ejecutó a los líderes del partido opositor. Deploramos con razón la opresión del Norte, pero las investigaciones de derechos humanos mostraron poca diferencia entre el Norte comunista / confuciano y el Sur capitalista / cristiano. Las tácticas de Syngman Rhee no eran menos brutales que las de Kim Il-sung.

Usándolos, Rhee consiguió otra victoria electoral en 1952 y una tercera en 1960. Ganó la elección de 1960 con un voto en su favor según registros oficiales del 90 por ciento. No es sorprendente que lo acusaran de fraude. Las organizaciones estudiantiles consideraron esa manipulación como la "gota que derramó el vaso" y, sin otro posibildad de acción, salieron a las calles. Estando exactamente delante de una multitud que convergía hacia en su palacio -al igual que el último día del gobierno de Vietnam del Sur, unos años más tarde- fue expulsado de Seúl por la CIA a un exilio en Honolulu.

La tercera Corea, la "Corea" estadounidense, habría sido sólo nocional, excepto por los hechos de que ocupaba una parte del Sur (el perímetro meridional de la zona desmilitarizada y varias bases en otras partes), tenía el control final de las fuerzas militares del Sur (se autorizó para tomar el mando de estos en caso de guerra) y, como los británicos habían hecho en Egipto, Irak e India, "guió" al gobierno nativo que había fomentado. Sus fuerzas militares garantizaron la independencia del Sur y al menos inicialmente, Estados Unidos pagó la mitad de los costos del gobierno y mantuvo su economía.

Al mismo tiempo, Estados Unidos trató de debilitar al Norte imponiendo embargos. Lo mantuvo acorralado, realizando lo que el Norte consideraba como maniobras amenazantes en su frontera y, de vez en cuando, como hizo el presidente Bill Clinton en 1994 (y el presidente Donald Trump ahora está haciendo), amenazó con un devastador ataque preventivo. El Departamento de Defensa y el Estado Mayor Conjunto también desarrollaron el OPLN 5015,  una sucesión de planes secretos cuya intención, según palabras del comentarista Michael Peck, era "destruir Corea del Norte".

Y, ante la preocupación de Estados Unidos por las armas nucleares en Corea, tenemos que enfrentar el hecho de que fue Estados Unidos quien las introdujo. En junio de 1957, los Estados Unidos informaron a los norcoreanos de que ya no cumplirían con el párrafo 13 D del acuerdo de armisticio que prohibía la introducción de nuevas armas. Pocos meses después, en enero de 1958, instaló misiles nucleares con capacidad de llegar a Moscú y Pekín.

Los Estados Unidos los mantuvieron allí hasta 1991. Quiso reintroducirlos en 2013, pero el entonces primer ministro de Corea del Sur, Chung Hong-won, se negó.

Como más tarde explicaremos, Corea del Sur se unió al Tratado de No Proliferación Nuclear en 1975 y Corea del Norte se unió en 1985. Pero Corea del Sur lo violó encubiertamente de 1982 a 2000 y Corea del Norte violó las disposiciones en 1993 y luego retirarse del acuerdo realizó su primera prueba nuclear subterránea en 2006.

Hay poca base moral en cualquiera de las "tres Coreas".

Nuevas elecciones se celebraron en el Sur y lo que se conoció como la Segunda República se creó en 1960 bajo gobierno de lo que había sido el partido de la oposición. Esto liberó la cólera reprimida hcia la tiranía y la corrupción del gobierno de Syngman Rhee e impulsó las purgas del ejército y fuerzas de seguridad. Unos 4.000 hombres perdieron sus empleos y muchos fueron acusados ​​de delitos. Temiendo por sus trabajos y sus vidas, encontraron un salvador en el General Park Chung-hee que condujo a los militares en un golpe de Estado el 16 de mayo de 1961.

El general Park era bien conocido por haber combatido a los guerrilleros dirigidos por Kim Il-sung como oficial de la "fuerza de pacificación" japonesa en Manchukuo. Durante ese período de su vida, incluso había cmabiado su nombre coreano por un nombre japonés. Siendo presidente, cortejó a Japón restableciendo las relaciones diplomáticas, también promovió la inversión masiva japonesa que impulsó el desarrollo económico coreano. Con Estados Unidos fue todavía más afín. A cambio de ayuda, y posiblemente debido a su estrecha relación con el ejército estadounidense -estudió en la escuela de Comando y Estado Mayor de Fort Sill- envió un cuarto de millón de tropas surcoreanas a combatir bajo mando estadounidense en Vietnam.

No menos opresivo que el gobierno de Rhee, el gobierno de Park era una dictadura. Para proteger su gobierno, reemplazó a oficiales civiles por oficiales militares. Además, formó un gobierno secreto dentro del gobierno formal; Conocida como "la CIA de Corea", operaba como la Gestapo. Rutinariamente detuvo, encarceló y torturó a los coreanos sospechosos de oposición. Y, en octubre de 1972, Park reescribió la Constitución para dotarse de un virtual poder perpetuo. Permaneció en el cargo durante 16 años. En respuesta a la opresión y pese a la atmósfera de miedo, estallaron protestas a gran escala contra su gobierno. No fue, sin embargo, un levantamiento público que terminó su gobierno: su jefe de inteligencia lo asesinó en 1979.

El intento de volver a un gobierno civil fue bloqueado a la semana por un nuevo golpe de estado militar. Las protestas que siguieron fueron rápidamente aplastadas y miles más fueron arrestados. Se produjo entonces una confusa lucha por el poder, de la que en 1987 se anunció una Sexta República y uno de los miembros de la anterior junta militar se convirtió en presidente.

El nuevo presidente Roh Tae-woo emprendió una política de conciliación con el Norte y bajo el clima de estas las relaciones, tanto Norte como Sur se reunieron en la ONU en septiembre de 1991. También acordaron la desnuclearización de la península. Pero, como sucede a menudo, la relajación de la regla de tiranía hace caer al "reformador". Roh y otro ex presidente fueron arrestados, juzgados y sentenciados a prisión por diversos crímenes, pero no por su papel en la política antidemocrática. Los coreanos seguían siendo poco motivados por más que hubiese formas de apariencia de democracia.

Las relaciones entre el Norte y el Sur durante los próximos años saltaron desde el dedo en el gatillo hasta la mano extendida. El último intento de poner orden al Sur llegó cuando Park Geun-hye fue electa en 2013. Era la hija del general Park Chung-hee que, como hemos visto, había tomado el poder en un golpe de Estado de 1963 y fue presidente de Corea del Sur durante 16 años. Park Geun-hye, fue la primera mujer en convertirse en jefe de un estado en el este de Asia. Una verdadera hija de su padre, gobernó con una mano de hierro, pero al igual que otros miembros del grupo gobernante, exageró mucho su mano y fue declarada culpable de malversación y obligada a salir de su cargo en marzo de 2017 (5).

La Dinastía Kim

Mientras tanto en el Norte, como jefe del Partido Comunista, Primer Ministro de 1948 a 1972 y presidente de 1972 hasta su muerte en 1994, Kim Il-sung gobernó Corea del Norte durante casi medio siglo. Su política para su nación era una especie de retroceso al antiguo ideal coreano de aislamiento. Conocido como JUCHE (4), enfatizó la autosuficiencia. El Norte era esencialmente una sociedad agraria y, a diferencia del Sur, que a partir de la década de 1980 acogió con satisfacción la inversión extranjera y la ayuda, permaneció cerrado. Inicialmente, esta política funcionó bien: hasta finales de los años setenta, Corea del Norte era relativamente más rica que el Sur, pero entonces el Sur llevó adelante lo que significó una revolución industrial.

Sorprendentemente, Kim Il-sung compartió con Syngman Rhee una juventud Cristiana Protestante; De hecho, Kim dijo que su abuelo era un ministro presbiteriano. Pero la influencia más importante en su vida fue la brutal ocupación japonesa. La información que tenemos esta muy tamizada por pronunciamientos oficiales y equivale a un panegírico, o "Canto a la Alegría". Pero, probablemente, como muchos de los nacionalistas asiáticos, siendi un hombre muy joven participó en manifestaciones contra la potencia ocupante. Según el relato oficial, cuando tenía 17 años, ya había pasado tiempo en una prisión japonesa.

A los 19 años, en 1931, se unió al Partido Comunista Chino y pocos años después se convirtió en miembro de su grupo de lucha armada en Manchuria. Atrapados por los japoneses y sus colaboradores coreanos como Park Chung-hee, Kim cruzó hacia el territorio ruso y fue incorporado al ejército soviético en el que sirvió hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Luego, como hicieron los estadounidenses con Syngman Rhee, los rusos lo instalaron como jefe del gobierno provisional.

Desde los primeros días de su llegada al poder, Kim Il-sung se centró en la acumulación de poder militar. Comprensiblemente, por su propia experiencia, hizo énfasis en entrenamiento en en tácticas guerrilleras, pero cuando la Unión Soviética lo empezó a proveer equipo pesado, impulsó a sus oficiales al entrenamiento militar convencional bajo la dirección de los maestros rusos. Para el momento en que había decidido invadir Corea del Sur, el ejército era masivo, armado en un estándar europeo y bien organizado. Casi todos los coreanos adultos estaban o habían estado sirviendo en él.

El ejército prácticamente se había convertido en el Estado. Esta asignación de recursos, como dejó en claro la Guerra de Corea, resultó en una poderosa fuerza de ataque, pero en una economía debilitada. También hizo que los partidarios chinos de Kim decidieran dejarlo a un lado. No se sabe cómo sobrevivió a esa degradación temporal, pero después del cese de fuego se pudo ver que controlaba firmemente el Partido Comunista y el Estado norcoreano.

Como hemos visto, el estado norcoreano prácticamente dejó de existir bajo el bombardeo. Kim podía esperar poca ayuda para reconstruirla desde el extranjero, y buscarla, aun menos. Su política de autosuficiencia y militarización se impuso al país. En base al modelo soviético de los años treinta, lanzó un plan draconiano de cinco años en el que virtualmente todos los recursos económicos fueron nacionalizados. En la tan difundida ruptura chino-soviética, primero se puso al lado de los chinos pero, perturbado por la Revolución Cultural China, volvió a estrechar relaciones con la Unión Soviética.

En efecto, las dos potencias vecinas debían ser sus polos. Su política de independencia era influyente pero no podía ser decisiva. Para apuntalar su gobierno y presumiblemente en parte para construir el sentido de independencia de su pueblo, desarrolló un elaborado culto a la personalidad. Ese culto propagandístico le sobrevivió. Cuando murió en 1994 a los 82 años de edad, su cuerpo fue preservado en una vitrina donde se convirtió en el objeto de algo así como una peregrinación.

Insólito para un régimen comunista, Kim Il-sung fue seguido por su hijo Kim Jong-Il, que  continuó la mayor parte de las políticas de su padre, y hacia el final de su vida, se había movido hacia un acuerdo parcial con Corea del Sur y los Estados Unidos. Se enfrentó a una sequía devastadora en el 2001 y el hambre subsiguiente que se dijo que había matado de hambre a unos 3 millones de personas. Tal vez buscando disimular el impacto de esta hambruna, derogó el armisticio y envió tropas a la zona desmilitarizada. Sin embargo, se hicieron movimientos intermitentes, incluyendo la creación de un enclave industrial parcialmente extra territorial para el comercio exterior, para mejorar las relaciones con el Sur.

Luego, en enero de 2002, el presidente George Bush hizo su "Discurso dell Eje del Mal" en el que demonizó a Corea del Norte. Luego, Corea del Norte se retiró del acuerdo de 1992 que tenía con el Sur para prohibir las armas nucleares, y anunció que tenía suficiente plutonio del tipo armamental para fabricar unas 5 o 6 armas nucleares. A pesar de que probablemente estaba incapacitado por un derrame cerebral ya en agosto de 2008, su condición se ocultó tanto como fue posible mientras se preparaban la sucesión. Murió en diciembre de 2011 y fue seguido por su hijo Kim Jong-un. (5)

Con esta miniatura de los acontecimientos hasta la llegada al poder de Kim Jong-un y Donald Trump, pasaré, en la segunda parte de este ensayo, a la peligrosa situación en la que se encuentran hoy nuestros gobiernos -y todos nosotros como personas también-.






William R. Polk es un veterano consultor de política exterior, autor y profesor que enseñó Oriente Medio estudios en Harvard. El presidente John F. Kennedy nombró a Polk al Consejo de Planificación de Políticas del Departamento de Estado, donde sirvió durante la Crisis de Misiles de Cuba. Sus libros incluyen: Política Violenta: Insurgencia y Terrorismo; Entendiendo Irak; Entendiendo a Irán; Historia Personal: Vivir en Tiempos Interesantes; Distant Thunder: Reflexiones sobre los peligros de nuestros tiempos; Y Humpty Dumpty: El destino del cambio de régimen.

Notas:
(1) "Casualmente" la URSS no asistió a esa reunión del CS de la ONU, hecha el precisamente el día anterior a la toma de Seúl, y por lo tanto nadie vetó esa resolución de intervención armada.
(2) Uruguay no estuvo, el único de Latinoamérica fue Colombia.
(3) Más conocido -en la vieja transcripción WadeǴiles- por Chou En-lai (1878-1976). (El nombre puede traducirse literalmente como "vamos bien en la semana"). Destacado dirigente, miembro del PCCh desde su juventud y primer ministro de China desde la revolución de 1949 hasta su muerte. "Genio" de la diplomacia y la negociación política interna y externa. Para mencionar sólo un caso, el "incidente de Xi'an" en 1936. Tanto el PCCh como las fuerzas nacionalistas de derecha del Kuomintang de Chiang Kai-shek (mucho más poderosas en ese momento) estaban luchando contra los japoneses invasores, pero Chiang atacaba también a los comunistas y negociaba con Japón. Dos de sus generales lo arrestan en su cuartel general en Xi'an y buscan un pacto anti-japonés que fuese apoyado por el gobierno soviético (que por su parte siempre fue bastante "pro-Chiang" al que consideraban representante de la "burguesía democrática" china). Zhou En-lai viaja a Xi'an por el PCCh y entabla negociaciones "multipartitas".
Zhou tenía motivos para odiar a Chiang, ya que en 1926 había dirigido la huelga general de los trabajadores de Shanghái, Chiang invadió con tropas la ciudad e implantó la ley marcial, la represión cobró miles de víctimas, Zhou pudo huir por un pelo. Pese a ello los soviéticos siguieron financiando y armando a Chiang. El PCCh siempre mantuvo una política relativamente independiente desde la "Larga Marcha" hasta los confines de China en que, estando muy asilado, "no escuchaba bien" las directivas de Moscú. El "urbano" Zhou apoyó al "rural" Mao para desplazar a una dirección previa más pro-soviéca.
En Xi'an, Zhou logró un acuerdo "amistoso" con la liberación de Chiang y un pacto-antijaponés ente el PCCh y el Kuomintang. Sabía perfectamente que Chiang lo traicionaría -como efectivamente pasó- pero no confiaba en la firmeza del ala "amiga" del Kuomingtang, y tampoco en el gobierno soviético. Prefirió aprovechar el período de relativa paz con el Kuomintang que vendría para que el PCCh extendiese su trabajo político, "apoyarse en sus propias fuerzas" y terminar siendo la parte fuerte cuando la ruptura ocurriese. Eso fue  lo que pasó.
(4) Juche, literalmente "sujeto", puede entenderse como "autosuficiencia". Ideología oficial del Estado de Corea del Norte, sistema filosófico fundado por Kim Il-sun. Es un sincretismo del marxismo-leninismo estalinista y la variante coreana del confusianismo. Es la expresión ideológica de la sociedad tradicional pre-capitalista coreana, una variante del despotismo asiático, en simbiosis con el colectivismo burocrático estatista del "socialismo real". Su eje es la militarización de la vida, vestida de patriotismo. Las variantes confusianas china, japonesa y coreana y sus relaciones con las sociedades respectivas nos sirven para ver hasta que punto es falsa la teoría de Max Weber según la cual el capitalismo es el resultado de la ética protestante europea, y que China, contando con una riqueza mucho mayor, no pudo desarrollar el capitalismo por ser un país confusiano. Japón, país confusiano, desarrolló por su cuenta, en aislamiento y muy rápidamente, su propio capitalismo. Su confusianismo es aslgo distinto al chino, no está centrado en valores como la benevolencia y sabiduría sino en fidelidad y lealtad. Es producto del tipo particular de feudalismo japonés, clánico militarista ("War Lords" más que "Land Lords"). Podría pensarse que esa "variante" confusiana es la que ha producido el singular capitalismo japonés, pero lo curioso es que la variante coreana del confusianismo es más parecida a la japonesa que a la china (explicable por la historia de Corea como nación oprimida), y no sólo no se desarrolló un capitalismo coreano sino que Corea fue de hecho pre-capitalista y al margen del capitalismo todo el siglo XX (y de ninguna manera "socialista", por cierto), y el capitalismo recién se está introduciendo gradualmente en la presente etapa de decadencia del "Estado Juche".
(5) La gota que derramó el vaso fue la crisis del naufragio del ferry Sewol, en abril 2014 a 2 km de la costa, en el cual murieron casi 300 personas, en gran mayoría estudiantes, debido a la impericia de todas las instituciones que fueron incapaces de organizar el rescate, y el ocultamiento posterior de los hechos para encubrir a los responsables del círculo cercano a Park. Sumándose esto a las acusaciones por corrupción, tráfico de influencias, soborno, etc, se desencadenó la enorme ola de movilizaciones masivas conocida como la "revolución de las velas", que forzó la destitución de Park.
No hemos recibido todavía la segunda nota de este autor sobre las posibildiades de una guerra inminente, pero en lo que vemos, de hecho el principal obstáculo en los planes de bélicos de Turmp es Corea del Sur, no sólo por la lenta evolución política interna que viene viviendo sino porque además es obvio que resultaría arrasada en esa guerra, por la guerra en sí y por las secuelas ambientales y económicas posteriores. No tiene nada para ganar en una guerra, y sí todo para perder.

Bibligrafía complementaria, ver las notas "Socialismo nuclear sobre Corea del Norte, y "La revolución de las velas" sobre Corea del Sur: http://www.semanario-alternativas.info/archivos/2017/2-febrero/443/PORTADA/Art/Socialismo_nuclear.html,

Muy fresqutia, ver, también en este blog, ​la última nota de Rbert Parry sobre los antecedentes: https://n0estandificil.blogspot.com.uy/2017/09/como-las-guerras-de-cambio-de-regimen.html

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En mi blog: https://n0estandificil.blogspot.com.uy/2017/09/como-explica-la-historia-la-crisis.html
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Ú​ LTIMO MOMENTO: Acabamos de recibir la SEGUDA de estas notas de Polk, debemos traducirla, complementarla si es necesario, etc. Pereo puede verse en su fuente en inglés acá: https://consortiumnews.com/2017/09/05/on-the-brink-of-nuclear-war/

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