Cómo las guerras de "cambio de régimen" trajeron la crisis de Corea 
>Robert Parry

Las agresiones de Estados Unidos contra Irak y Libia son crímenes de guerra que continúan siendo, con su sombrío ejemplo de lo que le sucede al líder que se desprende de sus armas de destrucción masiva, un peso que conduce all enfrentamiento con Corea del Norte.

Es un lu8gar común en los medios de comunicación estadounidenses decir que el líder norcoreano Kim Jong-Un está "loco" al anunciar que desarrollará una bomba nuclear y la capacidad de misiles para transportarla, pero está actuando desde una fía lógica dictada por las guerras agresivas del gobierno estadounidense y su falta de integridad.


De hecho, la actual crisis de Corea del Norte, que podría acabar matando a millones de personas, puede considerarse un desastre que deviene de la guerra de Irak del presidente George W. Bush y a la intervención en libia del presidente Barack Obama. Libia había desmkantelado su programa de armas peligrosas, dejando a su país prácticamente indefenso cuando el gobierno de EE.UU. optó por invadir.

En esos casos, el gobierno estadounidense también explotó su control sobre la información global para difundir su versión sobre los regímenes que eran su blanco, como justificación de las invasiones, y así la comunidad mundial no hizo nada para bloquear las agresiones estadounidenses. 

Y, en una conscuencia personal, los dos líderes, Saddam Hussein y Muammar Gaddafi, fueron brutalmente asesinados, Hussein colgado, y Gaddafi muerto por una turba que primero lo sodomizó a cuchillo. 

Por lo tanto, los neoconservadores que promovieron la invasión a Irak para proteger al mundo de las supuestas armas de destrucción masiva, y los intervencionistas liberales que impulsaron la invasión de Libia basada en falsas reivindicaciones humanitarias, pueden ahora compartir la horrible carácter por que millones de personas en Corea del Norte Corea y Japón podrían morir a causa de armas de destrucción masiva lanzadas por Corea del Norte y / o Estados Unidos.

Los "expertos" de la política exterior de Washington que critican el enfoque errático y belicista del presidente Trump hacia esta crisis podrían mirarse al espejo y considerar cómo contribuyeron esta situación ignorando las consecuencias previsibles de las invasiones de Irak y Libia.

Sí, lo sé, en ese momento era más emocionante celebrar la Doctrina Bush de guerras preventivas, incluso sobre en una sospecha de "un uno por ciento" de que un "Estado pícaro" como Irak podría compartir armas de destrucción masiva con terroristas, o la Doctrina Clinton aclamada por la Secretaria de Estado y sus acólitos por su aplicación del "poder inteligente" para lograr el "cambio de régimen" en Libia. 

Irak no poseía arsenales de armas de destrucción masiva, como alegó la administración Bush, y Libia no estaba involucrada en asesinatos masivos de civiles en áreas rebeldes en la parte oriental del país como la administración Obama adujo.

La investigación post-invasión derribó el mito de Bush en Irak, y una investigación parlamentaria británica concluyó que los gobiernos occidentales malinterpretaron la situación en el este de Libia, donde las fuerzas de Gaddafi estaban atacando a los rebeldes armados pero no matando civiles indiscriminadamente. 

Cualquiera de esas tardías secuelas de investigación no fueron un consuelo tanto para Saddam Hussein como para Muammar Gaddafi, ni para sus países, que han visto masacres en masa como resultado de las invasiones patrocinadas por Estados Unidos y que hoy resultan ser estados fallidos. 

No hay prácticamente ninguna rendición de cuentas por los crímenes de guerra cometidos por los gobiernos de Bush y Obama, pero Bush y Obama terminaron completando dos mandatos como Presidente. Ninguno de los asesores principales de Bush fuer castigado y Hillary Clinton recibió la candidatura del Partido Demócrata en 2016.

En cuanto a los principales medios de comunicación estadounidenses, que se comportaron como impulsores de ambas invasiones, todos los defensores de la guerra periodística han continuado con sus gloriosas carreras. dicen que Saddam Hussein tenía la culpa porque él pretendía tener armas de destrucción masiva -cuando la verdad es que su gobierno presentó un informe detallado de 12.000 páginas a las Naciones Unidas en diciembre de 2002 describiendo cómo se destruyeron las armas de destrucción masiva, aunque el mismo haya sido tergiversado y en última instancia ignorado.

Deshonestidad generalizada

La deshonestidad que ahora prevalece en el gobierno y los principales medios de comunicación de los Estados Unidos representa otro factor que contribuye en la crisis de Corea del Norte. ¿Qué persona sensible en cualquier parte del planeta confiaría en las afirmaciones de EE.UU.?
¿Quién podría creer lo que dice el gobierno de Estados Unidos, excepto, por supuesto, los medios de comunicación de Estados Unidos?


Recordemos que también el programa nuclear de Corea del Norte había sido neutralizado antes de que George W. Bush pronunciara su discurso del "eje del mal" en enero de 2002, que juntaba a Irán ya Irak, entonces enemigos directos, con Corea del Norte.. Fue después de eso que Corea del Norte se retiró de los acuerdos anteriores que limitaban su desarrollo nuclear, y desarrolló un trabajo serio por la bomba.

Así, mientras Corea del Norte avanzaba hacia una forma de destrucción masiva mutua, Irak y Libia eligieron un camino diferente.


En Irak, para evitar una invasión liderada por Estados Unidos, el gobierno de Hussein intentó convencer a la comunidad internacional de que había cumplido con su compromiso de destruir su arsenal y programas de armas de destrucción masiva. Además de la detallada declaración, Irak otorgó a los inspectores de armas de las Naciones Unidas una amplia libertad de búsqueda sobre el terreno.

Pero Bush interrumpió los esfuerzos de inspección en marzo de 2003 y promovió su invasión de "golpear y amedrentar", que llevó al colapso del régimen de Hussein y a la eventual captura y ejecución del dictador.


Gestos de Gadafi

En Libia, Gaddafi también trató de cooperar con las demandas internacionales en relación con las armas de destrucción masiva. A finales de 2003, anunció que su país eliminaría sus programas de armas no convencionales, incluyendo un proyecto nuclear naciente.

Gadafi también intenta liberar a Libia de las sanciones económicas por la responsabilidad aceptada en el bombardeo de 1988 de Pan Am 103 sobre Escocia, aunque él y su gobierno continuaron negando que hubiesen llevado a cabo el ataque terrorista que mató a 270 personas.

Pero estos esfuerzos por normalizar las relaciones de Libia con Occidente no pudieron protegerlo a él ni a su país. En 2011 cuando militantes islámicos organizaron un levantamiento alrededor de Benghazi, Gaddafi se movilizó para aplastarlo, y la secretaria de Estado Clinton se unió a algunos países europeos en busca de intervención militar para destruir el régimen de Gaddafi.

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó un plan para la protección  de los civiles en Benghazi y sus alrededores, pero la administración Obama y sus aliados europeos explotaron esa apertura para montar una guerra de "cambio de régimen" a gran escala.

Personalidades prominentes de las noticias, como Andrea Mitchell de MSNBC, clamaron por la guerra con el argumento de que Gaddafi tenía "sangre americana en sus manos" en el caso de Pan Am 103 porque había tenido responsabilidad. El hecho de que su gobierno continuara negando la culpabilidad real - y la condena internacional del libio Abdelbaset al-Megrahi fue una parodia judicial - fue ignorado. Casi nadie en Occidente se atrevió a cuestionar el pensamiento convencional de la culpabilidad libia.

En octubre de 2011, Gaddafi había huido de Trípoli y fue capturado por los rebeldes en Sirte, fue torturado, sodomizado con un cuchillo y luego ejecutado. Clinton, cuyos ayudantes sentían que debería reclamar el crédito por el derrocamiento de Gaddafi como parte de una Doctrina Clinton, celebró este crimen con risas y bromas, "Vinimos, vimos, murió".

Pero las advertencias de Gadafi sobre terroristas islamistas en Benghazi volvieron a perseguir a Clinton cuando el 11 de septiembre de 2012, esos militantes atacaron el consulado de Estados Unidos y la estación de la CIA allí, matando al embajador Christopher Stevens y a otros tres estadounidenses.

La obsesiva investigación republicana sobre el ataque de Benghazi no demostró muchas de las lúgubres acusaciones sobre la negligencia de Clinton, pero sí puso en evidencia el hecho de que había utilizado un servidor privado para sus correos oficiales del Departamento de Estado, lo que a su vez llevó a una investigación del FBI que terminó dañando su carrera presidencial de 2016.
 
Lecciones aprendidas 

Mientras tanto, en Corea del Norte, el joven dictador Kim Jong-Un estaba tomando nota de  toda esta historia. De acuerdo con numerosas fuentes, llegó a la conclusión de que él y Corea del Norte sólo evitarían ser destruídos con un elemento de disuasión nuclear para evitar otra "Guerra de cambio de régimen", y un destino similar a de Hussein y Gaddafi.

Desde entonces, Kim y sus asesores han dejado claro que la renuncia al pequeño arsenal nuclear de Corea del Norte está fuera de la mesa, lo que resulta comprensible por la mala fe demostrada por Estados Unidos en otros casos en los que los líderes han renunciado a sus armas de destrucción masiva en cumplimiento con las demandas internacionales, y luego vieron a sus países invadidos, y ellos mismos enfrentados a ejecuciones espantosas.


Ahora, el mundo se enfrenta a una situación en la que un presidente
Trump inexperto e intempestivo se  enfrenta una crisis que sus dos predecesores ayudaron a crear y empeorar. Trump ha amenazado con el "fuego y furia" como el mundo nunca ha visto, lo que sugiere un ataque nuclear a Corea del Norte, la que a su vez, se ha comprometido a tomar represalias.

Millones de personas en la península coreana y en Japón -y en otros lugares- podrían morir en una conflagración de este tipo, y la economía del mundo podría verse gravemente afectada por la debacle industrial de Japón y Corea del Sur, y por el tamaño de sus mercados de consumo.


Si tal horror llega a suceder, el gobierno de los Estados Unidos y los medios de comunicación estadounidenses seguramente volverán a su explicación estándar de que Kim estaba simplemente "loco" y levó a esa destrucción. Los críticos liberales de Trump también podrían atacarlo por mala diplomacia.


Pero la verdad es que muchos de los políticos de la élite de Washington -tanto en el lado republicano como en sus predecesores- compartirán la culpa, y también los medios de comunicación estadounidenses.

Consortium News, 4 de septiembre de 2017, https://consortiumnews.com/2017/09/04/how-regime-change-wars-led-to-korea-crisis/

Entradas más populares de este blog

Entrevista censurada (recibo y reproduzco)

El 1,2% de los adultos posee el 47,8% de la riqueza mundial mientras que el 53,2% posee solo el 1,1%

Tus enemigos destruyeron una Palestina; mis heridas poblaron muchas Palestinas