Voviendo a Babeuf
>Doug Enaa Greene

Gracchus Babeuf (1760-1797)(1) sigue siendo una figura marginal en la enseñanza de lengua inglesa sobre la Revolución Francesa. A lo sumo, merece una mención en algunos párrafos, donde generalmente se presenta como una figura ecléctica y utópica, que dirigió un movimiento extremista condenado al fracaso. Lamentablemente, esa opinión es compartida por demasiados socialistas, que descartan a Babeuf como un elitista jacobino con poco para enseñar en el presente. Afortunadamente, "El espectro de Babeuf" de Ian Birchall proporciona una bienvenida corrección al descuido de Babeuf, dándole el respeto que merece como participante en la Revolución Francesa y como un pensador socialista original de quien los revolucionarios todavía pueden aprender mucho.

"
El espectro..." se divide en tres partes. La primera es en gran parte una biografía de Babeuf, detallando su juventud de pobre, trabajando entre la clase obrera naciente en Picardía. Estas experiencias dejaron su marca y llevaron a Babeuf a pensar en los orígenes de la desigualdad y cómo cambiarla.


A pesar de la falta de una educación formal, Babeuf poseía un hambre de conocimiento y leía ampliamente sobre historia, política y filosofía. Entre sus contemporáneos, Babeuf destacó por su propia visión comunista llevando la Ilustración hasta su conclusión radical. Su ideal del comunismo, o la "felicidad común", preveía el fin de la propiedad privada y la creación de una sociedad igualitaria. Una economía planificada acabaría con la pobreza agobiante, al reducir las cargas del trabajo y proporcionar subsistencia al pueblo. Babeuf no creía que la gente debiese llevar vidas espartanas, sino que se debe permitir que se desarrollasen al máximo. Esta gran visión sería suficiente para merecer la calificación de utópica. Sin embargo, Babeuf se movió más allá de las limitaciones de los pensadores utópicos más destacados como Rousseau, Malby, y Collignon,prestando suma atención a los medios apropiados para realizar una sociedad igualitaria. Como Birchall afirma: "Para él, la unidad de la teoría y la práctica siempre fue central para su pensamiento".

Después de 1789, Babeuf creía que la Revolución estaba yendo en la dirección de la igualdad y estaba decidido a empujarla hasta donde se  pudiese llegar. Para eso, Babeuf participó activamente en la Revolución como periodista, activista y administrador tanto en Picardía como en París. A diferencia de los futuros revolucionarios como Lenin o Trotsky, Babeuf no tenía experiencia alguna en la que guiarse y "tuvo que observar, analizar y actuar todo al mismo tiempo, inventar su propio futuro tal como lo vivió".


Mientras Babeuf trabajaba para los jacobinos durante el auge de la revolución, su política seguía siendo distinta. Babeuf no compartía el ideal jacobino de una democracia de pequeños propietarios guiada por la virtud moral. Más bien, abogó por la abolición de la propiedad privada, la democracia directa y el logro del comunismo. Babeuf también criticó el autoritarismo de Robespierre, llevándolo eso a apoyar el derrocamiento de este último durante el mes de Thermidor en 1794. Sin embargo, el nuevo régimen conocido como la reacción termidoriana comenzó a perseguir a los jacobinos y a revertir las conquistas populares de la revolución. Como Babeuf se convirtió en un oponente del Thermidor, revisó su visión negativa de Robespierre a una más positiva, aunque no acrítica.


No pasó mucho tiempo antes de que los enemigos de Babeuf lo metiesen en prisión. Allí encontró aliados radicales como el jacobino Filippo Buonarroti, el futuro historiador de Babeuf. Juntos, formaron el núcleo de la Conspiración de Iguales - una organización clandestina dedicada al derrocamiento armado de la reacción termidoriana y al establecimiento de una república comunista.  


En la primavera de 1796, Los iguales comenzaron a prepararse para una insurrección. Durante este período crucial, la originalidad de Babeuf como comunista fue más pronunciada. Los iguales se vieron obligados a organizarse en forma subterránea, pero hicieron todo lo posible por movilizar a los trabajadores como parte de la revolución. Los agentes de la conspiración organizaron a los obreros, mujeres y soldados en su movimiento a través de periódicos, carteles y canciones. Según Babeuf: "conspiramos en voz alta, damos la mayor publicidad a nuestra conspiración." 

Babeuf fue el primer socialista en vincular las luchas cotidianas con el objetivo comunista más amplio, a través de una serie de demandas de transición. Desafortunadamente, el golpe planeado de Les Equals fue traicionado por un informante de la policía y después de un largo juicio, Babeuf fue ejecutado el 27 de mayo de 1797.

Birchall está en lo cierto al no subestimar el intento de Babeuf, y dice: 


"Babeuf puso su cabeza al frente y pagó el precio; si sus sucesores saben un poco más sobre lo que es y no es históricamente factible, es precisamente porque Babeuf y sus colegas estuvieron dispuestos a investigar los límites de lo posible". 

De hecho, lo notable de Babeuf fue su capacidad para empujar la revolución hasta donde pudiese llegar.

Babeuf es frecuentemente visto como un precursor del comunismo jacobino de Louis-Auguste Blanqui. Correctamente, Birchall observa que entre estos dos revolucionarios, hay más que separa que lo que los une. Tanto Babeuf como Blanqui recurrieron a la organización clandestina conspirativa debido a la represión estatal, y creyeron que debían proponerse la toma del poder. Pero se diferenciaban mucho en sus respectivos métodos de organización.  

Babeuf es frecuentemente visto como un precursor del comunismo jacobino de Louis-Auguste Blanqui. Correctamente, Birchall observa que hay más que los separa que lo que los une entre los dos revolucionarios. Tanto Babeuf como Blanqui recurrieron a la organización clandestina conspirativ debido a la represión estatal, y creyeron que debía plantearse la toma del poder.

Pero se diferenciaban mucho en sus respectivos métodos de organización. Blanqui creía que una revolución dependía del desarrollo técnico de una conspiración de élite con poca o ninguna participación de las masas. Las organizaciones blanquistas tenían poca comprensión de la potencialidad de la agitación masiva y de la propaganda. En esto, Blanqui se parecía a la imagen clásica de un conspirador profesional.  

Los Iguales no estaban libres del elitismo, pero equilibraban la necesidad de autoridad con los problemas y desafíos de organizar al pueblo. A su vez Babeuf fue un pionero en usar un periódico como organizador colectivo y desarrollar de un partido de vanguardia. En sus concepciones sobre el partido y su papel, hay mucho más de común entre Babeuf y Lenin que con Blanqui..

La segunda parte del libro consiste en una serie de largos y detallados ensayos historiográficos. Birchall hace un magnífico trabajo discutiendo las fortalezas y debulidades encontrados en los diferentes puntos de vista sobre Babeuf, incluyendo socialistas, liberales y conservadores en Francia y en todo el mundo. Esta rica sección cubre los contornos del debate desde la muerte de Babeuf hasta el día de hoy.


Para conservadores como Jacob Talmon, fueron los pecados jacobinos originales de Babeuf los que finalmente llevaron al totalitarismo estalinista. Los historiadores asociados al Partido Comunista francés minimizaron la originalidad de Babeuf, viéndolo como una figura quijotesca y oscureciendo sus diferencias con el jacobinismo, en interés de los frentes populares con la "burguesía republicana". 


En cambio, los historiadores marxistas disidentes fuera del Partido Comunista como Maurice Dommanget , Daniel Guérin y Víctor Dallin han hecho más para destacar las ideas comunistas únicas de Babeuf y su relevancia. Birchall observa que el legado de Babeuf sigue siendo vinculado juicios más generales sobre la revolución francesa y el socialismo.

La sección final del "Espectro" evalúa las ideas teóricas y organizativas de Babeuf. Birchall muestra a Babeuf como uno de los primeros socialistas que rompe con el utopismo y hace del comunismo un ideal práctico por el que vale la pena luchar. Muchas de las cuestiones con las que Babeuf luchó siguen siendo sorprendentemente relevantes, como la importancia de la organización revolucionaria, la relación de la organización cotidiana con la meta final, la autoridad y la democracia, el papel de la clase del cambio, la planificación y la liberación de la mujer .


En general, Birchall logró magníficamente en "Espectro" restaurar a Babeuf como un actor importante en la Revolución Francesa y recuperar su lugar genuino en la tradición socialista más amplia de la auto-emancipación.  


Babeuf cobra vida como un pensador revolucionario que hizo un plan práctico de acción para realizar el comunismo. Los problemas que enfrentó Babeuf en 1796 siguen siendo igualmente pertinentes ahora. Para los socialistas que quieren conocer su pasado y llevar a cabo la lucha de Babeuf a la victoria final, este libro es muy recomendable.



11 de septiembre de 2017 - LINKS, Revista Internacional de Renovación Socialista - http://links.org.au/gracchus-babeuf-revisited

(1) François-Noël Babeuf, conocido como Gracchus Babeuf , Graco, en memoria a los tribunos de la plebe romana Tiberio y Cayo Graco. Sus ideas:

"¿Cuál sería el estado de un pueblo cuyas instituciones fuesen tales que reinara indistintamente entre cada uno de sus miembros individuales la más perfecta igualdad; que el suelo que habitara no fuese de nadie, sino que perteneciera a todos; en definitiva, que todo fuese común, hasta el producto de todos los tipos de industrias? ¿Serían autorizadas tales instituciones por la ley natural? ¿Sería posible que esta sociedad subsistiese, e incluso que fuesen practicables los medios para conseguir una distribución absolutamente igual?" "La tierra, madre común, no puede ser partida más que para toda la vida, y cada parte convertida en intraspasable, de modo que el patrimonio individual de cada ciudadano hubiese podido estar siempre asegurado y ser imperdible".

En Semanario Alternativas, http://www.semanario-alternativas.info/archivos/2017/9-septiembre/471/PORTADA/Art/%23moyano/articulos/Voviendo_a_Babeuf.html

Entradas más populares de este blog

Entrevista censurada (recibo y reproduzco)

El 1,2% de los adultos posee el 47,8% de la riqueza mundial mientras que el 53,2% posee solo el 1,1%

Tus enemigos destruyeron una Palestina; mis heridas poblaron muchas Palestinas