"¡A mis hijos (de puta) no los tocan!"
>Una opinión personal


"En tanto, el diputado Eduardo Rubio (Unidad Popular) dijo estar en contra del proyecto [de impuesto a las jubilaciones militares] porque, además de entenderlo inconstitucional, "es parte de una escalada que tiene como argumento un afán recaudador explícito. Acá no se trata ni de venganza ni de justicia. Se trata de recaudar a como dé lugar para tapar el agujero del déficit", argumentó Rubio, y agregó que la aprobación del impuesto hubiese implicado "el primer paso" hacia otros impuestos a las jubilaciones. 'Capaz que si se aplica primero a los militares puede tener un viso de simpatía desde algún lugar', remató". El Observador, mayo 15

Lo primero que salta a la vista es lo pueril de los argumentos (y estoy siendo moderado en el adjetivo). Lo que pienso que implica realmente ese voto, el lector puede suponerlo por el título de esta nota. Pero veamos primero el contexto.​


"Hacia la noche  se espera un marcado descenso..."

Van 13 años de gobierno frenteamplista, y las cosas han cambiado mucho. Ya no se habla de la profundidad mayor o menor de los cambios, o la velocidad de los mismos, o el camino para avanzar. Hoy la discusión es sobre la forma de frenar los retrocesos.

Estamos a la defensiva. La clase toda, la izquierda en general, y el FA en particular. 

La gente que lo vote no lo hará esperando una transformación social, sea más radical o menos, a corto o largo plazo, sino para evitar la vuelta de la derecha tradicional y la pérdida de los pocos avances logrados en este período, si es que se puede. El movimiento sindical oficialista ha salido expresamente al rescate del gobierno tratando de taparle los agujeros, y su primer resultado ha sido mostrar las grietas propias, que surgen por lo mismo: por haber otorgado créditos políticos que hoy resultan incobrables. Este lento descreimiento general es la base de la agudización de las contradicciones internas en la fuerza política, y de la incapacidad de ajustarlas por vía disciplinaria. La "unidad" baja de cartel. Sin terminar de resolver aún el problema del TLC con Chile vemos la crónica de una fisura anunciada, que en realidad parece más un "Semproni dos": Yo impulso un proyecto y quedo bien, vos lo saboteás y asumís la culpa, no sale nada, lo lamentamos, y nos preocupamos por la unidad.

Pero lo que más interesa acá es el "Semproni dos y medio" de UP. Porque estar a la defensiva no es un tema del FA, es de la clase. Y, debo aclarar, dentro de todo el problema lo que menos me importa es pegarle a la UP, aunque en este caso es inevitable.

Antes de estos 13 años hubo veinte años desde la reapertura democrática a la llegada del FA al gobierno. Desde el primer momento nuestra izquierda "radical" (para llamarla de alguna manera) ha ocupado su lugar en la escena. Hoy estamos mucho peor que antes.

En algún momento de estos 33 años han habido al menos instancias de coordinación, acción común, acuerdos mínimos. Hoy la fragmentación es mucho mayor, y cada fracción (viendo, con toda razón, el callejón sin salida de cada una de las demás) sigue por su propio callejón. 

Durante los 20 años pos-dictadura antes de que el FA llegase al gobierno, la explicación dominante en la izquierda radical sobre nuestro propio empantamiento se centró en el papel político e ideológico del reformismo en la coyuntura y las falsas esperanzas que despertaba entre las masas. Responsabilizar al reformismo por nuestra propia incapacidad podría haber funcionado, incluso luego de llegar el FA al gobierno... los primeros años. Pero ¿todavía?¿Podemos seguir negando que nuestro problema es nuestra responsabilidad?

En este caso está en la mira el sector de la izquierda extra-frentista que tiene un desarrollo mayor que el resto: la UP. A diferencia delos otros, ha logrado un un lugar en el sistema parlamentario.

No discutiremos esto desde doctrinas que cuestionan la participación parlamentaria en sí misma. Lo haremos desde la propia doctrina que CENTRA la acción política en la participación parlamentaria, la vieja idea del parlamento como "caja de resonancia" de las luchas populares. Y nada de teorías, veamos sus resultados objetivos.

¿Qué beneficio ha significado esa banca para la lucha popular? En el movimiento sindical, por ejemplo, el 26M y otros sectores han formado su propia "correa de trasmisión", que no ha crecido un ápice y lo único que hace son actos políticos. La única acumulación para la que ha servido la actividad política de la UP centrada en el parlamento, en lo poco que ha servido, es para una actividad política centrada en el parlamento. Si acaso cualquier actividad político-parlamentaria tiene siempre ese vicio, o si las cosas pueden hacerse de otra forma, es (de nuevo) otra discusión.

La UP acaba de sufrir una ruptura, Pro-Unir, y una de las discrepancias que motivaron el hecho es el voto de Rubio contra el proyecto de impuesto a las jubilaciones militares.

Vamos entonces a los argumentos.

"Abrir la puerta" y "afán recaudador"

Que este impuesto sea el "primer paso" o "abre la puerta" a otras rebajas jubilatorias planeadas por el gobierno es el primer argumento invocado.

Es un argumento realmente tonto. Cualquiera puede apoyar este impuesto o lo que sea, y luego oponerse al siguiente, eso pasa todos los días en política. Y como es imposible que tengamos un control absoluto sobre las consecuencias de todo lo que hacemos, todo lo que hacemos podría, eventualmente, "abrir la puerta" a que otros hagan otras cosas que no deseamos. Cualquier movida nuestra abre la movida de la otra parte, a no ser que no hagamos nunca movida alguna. Lo que hacemos, en vez de esa tontería, es hacer lo que nos interesa protegiéndonos razonablemente de consecuencias que no queremos.

Podríamos poner mil ejemplos, pero pondremos solamente uno. La objeción de todos los días por parte del FA a las críticas de la UP es que "abren la puerta" al retorno de la derecha. Es el mismo razonamiento.

Si bajamos a tierra los supuestos problemas del impuesto a los militares, entraremos en el otro tema que Rubio llama "afán recaudador" de Astori. Es más absurdo todavía, todo Estado recauda, es lo que hace. ¿De dónde saldrán los recursos para el plan de vivienda popular de Rubio? ¿Y el sueldo de Rubio?

Bien, supongamos que no es el tema en general sino ponerlo en concreto. Pero así es más absurdo porque no es en este caso un afán por recaudar sino lo contrario, achicar el drenaje del déficit estructural de las jubilaciones militares. Cualquiera sabe que no se trata de "tapar agujeros" sino de ESE agujero. ¿Hay que taparlo o no, y cómo?

Tanto la UP como el FA y todo el sistema político hablan de una "reforma de la Caja Militar", pero solamente hablan, han sido incapaces de hacer nada al respecto. Este proyecto del gobierno, que apenas roza algunos privilegios militares, ha sido un primer tanteo. No afecta para nada a las jubilaciones de la tropa, que es uno de los subterfugios de UP, nada de eso. POR ESO MISMO, porque no lo puede objetar en concreto, es que Rubio termina recurriendo a salidas vacías y retóricas.

Pero si el peligro es que esto "abra la puerta" a un ataque a las jubilaciones en general, lo que hay que en encarar es la reforma del sistema jubilatorio en general. Esa amenaza no es ningún invento, el problema se ha presentado en todo el mundo. Ya se habla también aquí de aumentar la edad de retiro, lo que tampoco servirá para nada, la gente que posterga su jubilación no encontrará trabajo o se lo quietará a otros, y poco después se planteará subir de nuevo la edad de jubilación, y así. 

¡La prolongación de la vida es el "problema" en el capitalismo! Es increíble que una fuerza de izquierda de vueltas al asunto sin plantear las cosas en su correcta perspectiva. Lo único que puede "equilibrar" las cuentas en el sistema jubilatorio es subir los salarios, lo único que distribuir el empleo es reducir la jornada, y nada de eso puede hacerse sin afectar la tasa de explotación del trabajo. Pero no tenemos que limitarnos a profecías milenarias, es la lucha de clases la que decide el valor de la fuerza de trabajo "según lo que ponga cada bando en la balanza", dentro de eso hay un "factor histórico y cultural".

De ese factor cultural, para hacer fuerza en la balanza, es de lo que estamos hablando acá. 

Supongamos que tuviésemos una verdadera fuerza política de izquierda que en lugar de todo este palabrerío sin sentido plantease equilibrar las cuentas del BPS por medio de un aumento general de las remuneraciones de los trabajadores, lo que aumentaría a su vez los aportes y resolvería el tema. Tenemos, si vamos al caso concreto, un "pequeño inconveniente".

Verde que te quiero verde.

¡Esa solución en totalmente imposible para las jubilaciones militares! Se habla y se habla de "reformar la caja militar" pero no se hace nada porque no hay nada que hacer.

Solamente algún desquiciado ha hablado (puro humo, nadie se atreve a proponerlo en serio) de aumentar el número de efectivos militares. Obviamente, allí estaría la única "solución". Con cien mil soldados activos ya no habría más déficit de la caja militar. Nadie lo propone porque nadie quiere quedar en ridículo. Solamente se cambiaría de lugar el agujero, pero cuadruplicado.

La única solución verdadera es ir a la eliminación gradual las jubilaciones militares por la vía de la eliminación completa de las fuerzas armadas. Por supuesto que ese planteo es un desafío para nuestra izquierda, implica una enorme batalla ideológica y política. Pero si no se asumen las tareas políticas de fondo ¿para qué la acción política, participar en las elecciones, para qué ir al parlamento, tener una radio y un periódico, para qué las campañas, las giras, los actos?

Si el precio por usar los espacios de la democracia burguesa es no salir de los límites del mantenimiento del Estado burgués ¿para qué la "caja de resonancia"?

Como hemos dicho, esto no se limita a la UP. El argumento de la "inconstitucionalidad" del impuesto es inaudito, porque se basa en el sofisma de la "inequidad" del impuesto, cuando en realidad el problema es la inequidad que significan las jubilaciones militares. Y los "argumentos" para defender esa inequidad (los supuestos sacrificios especiales de los militares, etc) deberían "abrirnos la puerta" para contestar esas falacias e ir al fondo del problema. Pero no vemos a nadie haciéndolo.

Es cierto que hay en la impronta ideológica dominante en la UP un culto al Estado, y dentro eso un culto a un "militarismo popular" de fantasía. Pero aun así eso no implica que haya que defender los privilegios de este aparato militar este caso.

Aquí, la UP está tratando de no quedar como "el malo de la película" en el tema militar ("no se trata de venganza"). Quiere que se prive de las jubilaciones privilegiadas solamente a los "culpables" de los crímenes de la dictadura, negando así expresamente lo de "son todos asesinos...". Y reivindica para ello la más reaccionaria de las instituciones, el único y verdadero resabio feudal que tenemos, ¡los "tribunales de honor" de los militares!!

Así empezó la rebaja programática e ideológica del FA. Luego, a medida que se acercaron al gobierno y entraron, hubo que pasar de la retórica a los hechos concretos. La UP, al paso que va, demorará 50 años, pero mejor adelantarse y mostrar hechos concretos desde ahora.

Negar el voto a la primera y tímida vez que se quiere rozar un privilegio militar es, de hecho, una defensa de los mismos. Y no sólo de hecho, los argumentos con que se lo quiere justificar (reforma de fondo, no afectar las jubilaciones de la tropa, solamente tocar a los culpables), además de ser puramente retóricos ratifican esa defensa.

¿Abrir la puerta a qué?

Vacío y retórico, porque da vueltas sin referirse al tema concreto, o sea: si estas jubilaciones militares son o no son de privilegio, si deben afectarse o no. Creo haber demostrado que es pueril, pero agregaré más. Si no debe afectarse un privilegio injusto (Rubio no dice que este no lo sea) porque se "abre la puerta" a otros ataques a jubilaciones que no son  injustas, esta postura de Rubio abre la puerta a usar el mismo argumento para oponerse a cualquier recorte de cualquier jubilación injusta, porque se estaría, supuestamente, o podría estarse, "abriendo la puerta" a atacar jubilciones que no son injustas. No podríamos hacer nada de nada nunca sobre nada,

Los hechos hablan por sí mismos. Ni bien fracasa este proyecto de impuesto a las jubilaciones militares sale Manini Ríos con las ínfulas renovadas de su discurso fascista. Esa es la primera consecuencia del voto de Rubio. Ya hemos visto el panorama de Brasil, que fue la avanzada del militarismo en el continente hace 50 años. Las condiciones están dadas para que esto se repita. Y aunque no ocurriese, los militares se van a ofrecer para la tarea. Eso es lo que están haciendo.

Para empezar, para cerrar sus propias filas, necesitan garantizar todos sus privilegios a su gente, fortalecer su espíritu de cuerpo. Ese es hoy su primer punto en la agenda política. Luego la propaganda. Llorar miseria por los sueldos de los soldados, encontrar tareas útiles, aprovechar la impronta ideológica reaccionaria que recrudece en la sociedad en general, quejarse de que Naciones Unidas los van dejando sin el curro de las "misiones de paz". Y todo el sistema político, aunque sea con matices, sostiene ese discurso.

Por supuesto que toda ayuda les viene bien. Pero la de un sector "radical" de izquierda que pone el "factor cultural" en el OTRO plato de la balanza, el de ellos, les viene doblemente bien. 

Porque hasta "esos" les reconocen su condición de "soldados de la patria".

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